Una embarcación de recreo es como un pozo sin fondo al que se echan billetes… Esta antigua chanza de navegantes es un tanto exagerada y no del todo cierta. Pero tampoco es verdad que los costes de mantenimiento por el uso de una embarcación se limiten a la compra de ésta. A continuación le explicamos cómo calcular ese coste anual medio de mantenimiento de su embarcación y, cómo reducirlo en la medida de lo posible.
Aunque ser propietario de una embarcación ya no se considera como un “signo exterior de riqueza”, su utilización y su mantenimiento siguen resultando caros. Los costes anuales de mantenimiento de su embarcación pueden ser fijos, como el derecho a arbolar el pabellón francés y el derecho de navegación, pero otros como por ejemplo los relacionados con el combustible o con la plaza de puerto dependen en gran medida de su ritmo de navegación y de las aguas por las que suela navegar. Suele decirse que los costes necesarios para el uso y el mantenimiento de una embarcación de recreo representan el 10 % del precio de compra de un barco nuevo.
Esta cifra se aproxima a la verdad en el caso de un “consumidor de recreo”, pero puede reducirse considerablemente en función de las opciones que se elijan , del cuidado que se dedique a la embarcación y sobre todo, si uno no tiene problema en ponerse manos a la obra para realizar trabajos o dar una capa de pintura.
1. El coste de mantenimiento empieza por los gastos fijos
Muy a menudo se consideran los gastos de mantenimiento de la embarcación como gastos fijos. Algunos de ellos lo son, como el derecho a arbolar el pabellón francés que se aplica a las embarcaciones de más de 7 metros y a los motores de más de 22 caballos, o el derecho de navegación en algunos países, pero otros pueden controlarse, como las primas del seguro, para lo cual resulta interesante comparar los precios y prestaciones de varias compañías.
Otra partida importante es la plaza de puerto, pero también en este caso existen grandes diferencias de precio de un lugar a otro para una misma prestación. Para limitar esta partida, en temporada alta se puede optar por los fondeaderos en lugar de los puertos deportivos, o durante el invierno, optar por soluciones más económicas como el muerto de amarre, el estacionamiento en seco, o simplemente pasar el invierno en un puerto menos concurrido de lo habitual, por estar más apartado en un estuario. Todas estas precauciones permiten reducir considerablemente la factura sin perder ni seguridad ni confort.
2. Los costes de utilización de su embarcación
¡Como no todos le confiamos nuestra propulsión al viento, la factura del combustible puede subir rápidamente como la espuma! Todos conocemos la influencia que un buen control de la palanca del acelerador puede tener en el consumo, pero los resultados pueden variar mucho en función de los pares casco-motor.
Con la experiencia irá aprendiendo hasta qué régimen su motor resulta más eficaz, y qué velocidad ofrece la mejor relación confort, ruido y consumo. Esta búsqueda de una mayor eficacia influirá indiscutiblemente de manera positiva en su cartera. Y así aumentará su autonomía y limitará su impacto en el medio ambiente. Un uso razonado del material, ya sea de la vela como del motor, le permitirá aumentar además la vida útil de su embarcación. Por ejemplo,lavar cuidadosamente las velas y protegerlas del desgaste y de los rayos UV permite retrasar en gran medida su sustitución.
3. Recambios y revisiones
La renovación y las revisiones periódicas del material de seguridad se suman a la lista de facturas anuales de mantenimiento de embarcaciones que deberá pagar y en esto no se puede racanear: la balsa salvavidas, los cartuchos y cápsulas de los chalecos inflables, así como los fuegos y cohetes o incluso la revisión de los extintores son imprescindibles, y la mayoría solo pueden realizarlas profesionales cualificados.
Estos gastos pueden programarse fácilmente, pero otros también relacionados con la seguridad también son previsibles, como el cambio de una junta de estanqueidad de un saildrive o, al cabo de unos diez años, el de la jarcia firme. Hasta ahora solo hemos hablado de mantenimiento, pero también hay que tener en cuenta los riesgos por imprevistos o una torpeza, como la pérdida de un ancla o el ahogamiento prematuro del motor de un apéndice…
4. Los costes de mantenimiento de su embarcación
Salvo excepciones, nuestras embarcaciones resultan relativamente sencillas y muy pocas operaciones rutinarias requieren una alta tecnicidad.
Solo se precisa un poco de disponibilidad para aprender fácilmente las bases para realizar correctamente un carenado, una pintura submarina o para realizar personalmente la preparación de la embarcación para el invierno así como un gran número de pequeñas comprobaciones y reparaciones.
Por ejemplo, los motores intraborda de que están dotados nuestros veleros poseen unas mecánicas básicas, por lo que resulta más fácil aprender a realizar las operaciones de mantenimiento, ya que solo tiene que memorizar un modelo y la mayoría de los fabricantes de motores ofrecen cursos de mecánica que contribuyen a que todo el mundo pueda familiarizarse con las operaciones de mantenimiento.
Si realiza algunas de estas operaciones usted mismo, tendrá la doble satisfacción de aprender a conocer mejor su embarcación y de limitar los costes anuales de mantenimiento de su embarcación.
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Artículo redactado por Olivier Chauvin.