¡A veces, uno siente un miedo irracional a la ósmosis de su barco! Ésta es un motivo de preocupación tanto de los propietarios como de los futuros compradores de un barco de poliéster. ¡A continuación le explicamos lo que debe saber!
El poliéster es un material composite, lo cual significa que se compone de varios elementos. Los tejidos que forman la trama están impregnados de resina, mientras que la superficie se compone de un gelcoat que asegura la protección respecto al medio exterior. Durante el proceso de catálisis, los residuos, en particular el ácido y el alcohol, quedan atrapados en el espesor del material. La diferencia de concentración entre estos compuestos y el agua de mar hace que ésta acabe por traspasar el gelcoat y por impregnar el poliéster. Y así el volumen de líquido va aumentando gradualmente hasta formar ampollas en la capa de superficie.
1. ¡Si su barco está en seco no tendrá que preocuparse por la ósmosis!
El gelcoat no es totalmente estanco y, si no se tiene cuidado, todo el poliéster acaba impregnándose de humedad en diferentes grados. ¡La mejor manera de evitar que la ósmosis dañe su barco es sacarla del agua! Los barcos transportables y, en general, todas aquellas que pasan el invierno en tierra durante más de 2 meses al año, no se ven afectadas por este fenómeno. Cuando el barco se vara en tierra, resulta esencial lavar la carena con agua dulce para evitar que la sal mantenga la humedad.
2. ¡Más vale anticiparse a la aparición de la ósmosis!
Para los barcos que se mantienen a flote, los astilleros recomiendan la aplicación de un tratamiento preventivo anti-ósmosis cada 10 años. Esto requiere un decapado de todas las capas de antifouling, un lavado cuidadoso con agua dulce y un riguroso control del grado de humedad del casco antes de realizar cualquier otra intervención. Esta medición se realiza con un detector de humedad, un aparato del que disponen los expertos marítimos así como la mayoría de los profesionales.
Este control resulta indispensable. Porque, si se aplica un tratamiento impermeabilizante en unos fondos saturados de agua, lo único que se logrará es dejar atrapada la humedad en los tejidos. Por esta razón, a la hora de comprar un barco de ocasión, se recomienda recurrir a un experto independiente para que, entre otras cosas, se asegure de que el grado de humedad del casco resulte aceptable.
3. Realizar un pronóstico para evitar la ósmosis de su barco
¡Las ampollas son el signo más evidente de que la enfermedad se encuentra en un estado avanzado! Esto resulta inquietante pero tampoco es razón para ceder al pánico, ya que salvo en casos excepcionales, se trata de un signo de envejecimiento pero no de decrepitud… ¡La enfermedad progresa lentamente y el pronóstico es alentador!
Sin embargo, el tratamiento es largo, arduo y bastante caro. Una vez fuera del agua, se eliminan todas las capas de la carena mediante un pelado. Se retira el gelcoat poroso, una operación ardua y realmente sucia que más vale confiársela a un profesional competente y bien equipado. Una vez que el poliéster está al aire libre, se lava con agua dulce para eliminar el ácido acético, el líquido con aroma a vinagre que lo impregna.
Comienza entonces la larga fase de secado, que puede durar de 6 a 12 meses, y durante la cual habrá que lavar la superficie varias veces. Una vez que el detector registre unas tasas de humedad aceptables, se aplicará una cobertura a la carena para que su superficie se mantenga en buen estado y por último se tratará con un revestimiento epoxi para impermeabilizarla de manera duradera.
4. ¿Qué precauciones debe tomar si detecta ósmosis en su barco?
- Las estancias regulares fuera del agua evitarán que el poliéster se sature de humedad. Esto tranquilizará a una parte importante de los navegantes de recreo y animará a los que tienen barcos de un tamaño razonable a dejar que pasen el invierno en seco.
- Algunos modelos de principios de los 90 son más sensibles a la ósmosis que otros. Cuando compre un barco de ocasión, contrate la asistencia de un profesional independiente y dótese de las herramientas de medición adecuadas.
- Antes de la primera botadura de un barco nueva, no escatime en la imprimación de epoxi ya que proporciona una base estanca entre el gelcoat y el antifouling.
- ¡No está de más aplicarle a su barco un tratamiento preventivo anti-ósmosis!
Ante el hecho de que un barco puede verse afectada por la ósmosis, existen varias reacciones posibles: ¡La del eterno preocupado que se comprará su propio aparato para medir la curva higrométrica de su barco! La de aquel que piensa que “¡si no hay ampollas, no hay ósmosis!” ». Y por último la actitud que consiste en disfrutar a tope del placer de navegar, siendo muy consciente de que los abusos acaban por perjudicar la salud de su barco. Que si se deja que el barco se encharque de agua de mar, tarde o temprano habrá que dejarla en dique seco. Y ponerle freno a sus excesos en el mar para que vuelva a estar en plena forma.
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Artículo redactado por Olivier Chauvin.